Ya están de vuelta. Otra vez vuelve a invadir nuestros ríos esta voraz especie alóctona que cuenta con tan buena prensa y que año tras año dejan sin  truchas los tramos de nuestros cotos, tanto del Aceña como del Cofio. Es por esto que hemos decidido no repoblar más hasta que desaparezcan estos apoyados depredadores por parte de la legalidad y defendidos a ultranza por los falsos entendidos conservacionistas y por los ecologistas de despacho y pacotilla. Si estuvieran realmente informados del mal que causan, seguro que no los defenderían tan encarnizadamente. Es otro año perdido, otro año en el que se vuelve a perder dinero, en el que todo el trabajo realizado no ha servido para nada, otro año en el que no podremos disfrutar de la pesca en invierno ni se podrán conservar las truchas que con mucho esfuerzo hemos dejado en el río año tras año. ¿Para cuando el control sostenible de esta especie claramente dañina e invasiva?